Una regla principal para los días de lluvia es fijarse
en los reflejos. El agua forma unos reflejos espectaculares en las ciudades,
especialmente por la noche. Por el día, los charcos pueden ser también un buen
recurso para hacer fotografías.
Las imágenes de lluvia son además propicias para el
blanco y negro. En general, es recomendable disparar en color y luego cambiar a
escala de grises durante el procesado de la fotografía.
Lo más importante para realizar buenas fotografías
cuando llueve es tener buen ojo fotográfico, es decir, saber aprovechar todo lo
que nos ofrece el agua: charcos sobre el pavimento, siluetas de la gente y
sus paraguas, gotas en los cristales, reflejos de las luces, el cielo
borrascoso, arco iris, etc.
Las ciudades suelen ofrecer el marco perfecto para este tipo de fotografías pues generan situaciones inusuales como salpicaduras de los coches, enojos de los caminantes o preciosos contraluces.
Las ciudades suelen ofrecer el marco perfecto para este tipo de fotografías pues generan situaciones inusuales como salpicaduras de los coches, enojos de los caminantes o preciosos contraluces.
La lluvia aporta un toque melancólico a las ciudades.
Para acentuar estas emociones fotográficas es recomendable utilizar los modos
blanco y negro o sepia que ofrecen las cámaras.
El cielo se nubla, los rayos del sol desaparecen y en
un abrir y cerrar los ojos, comienza el diluvio. Aunque parezca una locura, la
lluvia ofrece la oportunidad de realizar espectaculares fotografías, tanto por
las inusuales condiciones lumínicas como por el medio que lo rodea,
con formas, colores y contrastes fuera de lo normal.
Lo primero que se debe hacer es proteger bien la
cámara para evitar desagradables sorpresas, ya no sólo en las
fotografías, sino en el propio equipo fotográfico. Un paraguas es una buena
opción, aunque se pierde capacidad de control de la cámara, al tener una de las
manos ocupada. En caso de necesitar las dos manos existen fundas anti lluvia o
incluso la posibilidad de fabricar una de manera casera.
Fotografiar gotas de agua
Uno de los recursos más interesantes durante los días
de lluvia son precisamente las gotas. En ese sentido, la imagen puede centrarse
en una sola gota cayendo en un charco o deslizándose por una ventana. En otoño
se pueden usar las hojas caídas como recurso y en primavera las flores.
Se pueden obtener además resultados diferentes según
la velocidad de obturación que se utilice. En este caso, si se dispara rápido,
las gotas se congelarán, mientras que si se deja el obturador abierto más
tiempo (a partir de 1/30 se suelen ver los resultados), se obtendrán hilos de
lluvia alargados. Para este último método será necesario un trípode.
Por último, si se desean resaltar las gotas de lluvia,
lo mejor es ponerlas a contraluz, disparando, por ejemplo, hacia una farola o
los faros de un coche.
Consejos técnicos
A
nivel técnico no existen grandes secretos para realizar buenas fotografías
en días lluviosos.
La lluvia crea unas condiciones especiales que hay que
tener en cuenta a la hora de tomar imágenes, especialmente para obtener la
cantidad de luz óptima.
·
En principio, la mejor opción es conseguir que entre
la mayor cantidad de luz en la cámara, siendo conveniente aumentar la
sensibilidad (ISO) y abrir el diafragma al máximo.
·
Hay que buscar la luminosidad. Cuando llueve en
general hay poca luz, por lo que habrá que abrir al máximo el diafragma y
aumentar la sensibilidad si es necesario, especialmente si se dispara en formato
RAW. Es aconsejable además escoger los objetivos más luminosos, es decir, con
una mayor apertura de diafragma.
·
Cuando haya luz suficiente, se puede utilizar un filtro
polarizador si se desean eliminar algunos reflejos. Hay que tener cuidado sin
embargo con este recurso, ya que los días de lluvia no se caracterizan por su
gran cantidad de luz.
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